19 feb 2012

La inactividad un proceso inerte

Han pasado ya varios días en los que no puedo encontrar el punto que hila la realidad conmigo, mi ser se encuentra alienado a cualquier sinsabor que me otorga esta ficticia realidad y los sueños parecen ser mas verdaderos que la misma mañana en la que suena el despertador para ir nuevamente a la escuela en la rutinaria vida en la que nos encontramos.. 


 



cada mañana me siento perdido y ahogado en ideas que salen de mi como un reflujo constante vomitivo de ideas petulantes e insípidas, y así con ese amargo sabor que tiene la boca al amanecer tengo que empezar a soportar el sopor rutinario de la vida. 

Un simple caos proveniente de lo inerme del espacio exterior hasta las mismas opulencias de la vida silvestre se ensimisman en cada uno de los días que esparcen sobre mi inocuas ideas de vivir. No obstante empieza el camino a la desgracia cuando aun no sale el sol, y a espera de su alba solo veo el tránsito danzando en su vaivén a través de las glorietas y los semáforos, una danza interminable de odio y desesperación, un baile de prisa y concentración un barullo generado entre la perfección que hemos creado entre las máquinas y el hombre, sin embargo cada movimiento contamina el andar de mis ojos, las siluetas borrosas y los ruidos comienzan a exclamar ira y ansia, todo un cumulo inicuo de ambigüedades creadas de la escasez de libertad de los hombres, dolores en el pecho, sudor frío rabia, rencor, gritos, cláxones y bocinados por todo el bulevar que transforman las arterias principales de la ciudad en un caos, un sinsabor de creencias alimentadas de las banales consecuencias del capitalismo. 

 


Pero ahi seguimos durante los minutos que corren como horas y las horas que se apresuran como los automóviles al amarillo del semáforo, un cambio indeterminado en las vidas de las personas cuando se hizo tarde o cuando olvidaste algo en casa, pero da la misma sensación de cólera que nace en lo más profundo de las entrañas retorciéndose entre ellas como gusanos que no quieren demostrar su verdadera línea de placeres ahora agotados por un solo sentimientos reverberando en los anti-valores que pueden crear. 

Asi pues, con la maraña de ideas y la gastritis galopante entre los deseos de muerte y malaventuras a las personas que nos rodean, cada uno con su misma meta, con su misma batalla que libera dia a dia desde el momento en el que abrimos los ojos hasta que los cerramos, juzgando y siendo juzgados por nuestros semejantes y perdidos en una serie moralista impertinente que no reconoce la igualdad, la equidad y justicia, la hermandad y la fraternidad y mucho menos el amor que no sea carnal. 

 


Pero entre ellos nos encontramos como fieras devorando al enemigo, entre palabras que desgarran músculos y muecas que hieren lugares sensibles que no se hubieron tocado si no hacía años atrás. 
La locura de las personas empieza con el amanecer, al abrir los ojos sus pupilas contraídas por los sonidos chirriantes de un despertador y los músculos adormecidos por la tensión que se dejó filtrar en la noche hacia las aguas de la mente donde se pierden las ideas y se complementan en imágenes que se han de olvidar al día siguiente. 

Un juego de razones imperceptibles que nos mueven, razones tan poderosas que provocan nuestro despertar cada mañana y hacer lo "que debemos", desempeñar el papel que nos corresponde dentro de la sociedad, hacerlo por el simple motivo de que lo tenemos que hacer, no hay cuestionamientos, ni consecuencias, pues ninguno de nosotros lo deja de hacer, así simplemente como esclavos de la misma sociedad rendimos tributo a nuestro creador cumpliendo ese papel que nos corresponde, sin romper los parámetros por el miedo de quienes tenemos alrededor y de los dedos índices que señalan nuestro camino. 

Así, subyugados bajo nuestra propia inercia nos movemos en el mundo pernoctando en una orbe que nos inflama con su belleza y nos absorbe dentro de ella misma sumiéndonos en la perdición de sus calles, en la vista de las personas que no rehuyen a juzgar nuevamente y sobre esa absorta y absurda muestra de crueldad, nos terminan aplastando al ponernos nombres encima de los que acostumbramos. 

Nos faltamos al respeto con nuestras miradas y nadie hace nada, nadie se levanta en contra de un mayor para ponerlo en su lugar, nadie se para a ayudar a alguien al que asaltan, nadie se detiene por un hermano caído, nadie se preocupa por lo que nos pasa, por lo que le pasa a este moribundo planeta 

Y así continuamos nuestros días llegando a la escuela y al trabajo a lo que a cada uno de nosotros corresponde, donde pasamos el día alienándonos de la realidad, donde el tiempo solo es un motivo, una expresión, un elemento que nos muestra las diferentes maneras de hacer que las manecillas corran en ves de caminar lentamente, para al momento en el que nos encontremos con la mirada podamos ver que nos saluda, despidiéndose de nosotros. 

Que bonita forma de desperdiciar de 4 a 8 horas diarias. se dice que rinde frutos, se dice que nos ayuda a descansar, se dice que nos traerá la felicidad, pero esos conceptos fueron inventados por alguien más que nos los metió a la la cabeza a rempujones retacándonos de mierda el cerebro y sobrellenándolo de porquería, así todos los días nos han explotado metiéndonos ideas del consumismo, dinero, compra, necesidad, felicidad, amor, honra, trabajo, ideal. Mierda y me cago en la leche amarga si al menos uno de cada millón puede entender estas palabras "esta es larealidad del capitalismo", y si se llamara socialismo, diría lo mismo y con la mismas palabras. 


Yates, oro, joyas, mansiones, guaruras, dinero, drogas, sexo, alcohol, cigarros, prostitutas. todo engarzado en la misma sociedad y todos cerrando los ojos mientras dejamos que el más poderoso nos meta una verga tamaño dieciocho centímetros por el culo "pero no importa, podemos dejar que todo lo que está alrededor continúe como sigue mientras ese pene hinchado no me moleste todo está bien", 

Pero no importa, podemos dejar que el mundo nos trague con todas sus iodeas de felicidad, de compulsivismo, y todos alguna vez o aun seguimos cayendo en las ideas que nos venden. creemos, copiamos, hacemos y terminamos de la forma en la que siempre ellos quisieron. Compulsivamente compramos un automóvil o compramos un CD, pero como no nos alcanzaba fomentamos la piratería, y de perdis aunado como siempre a la pirateria, fomentamos la prostitución, la drogadicción, al gobierno corrupto, la mafia y todo lo que ello implica. 

Gracias INTERNET por ser ua de las herramientas que nos permiten un poco de libertad 
DENADA SOPA 

De cualquier manera el dia termina siendo odioso y la vida se parece cada vez más a "un grano purulento que me exprimo frente al espejo" 

Pasan las horas y cuando el trabajo por fin ha terminado y nuestra billetera reboza de dinero que no nos pertenece pues irá a pagar las deudas y saldos vencidos, iremos a la casa con una cara de satisfacción dispuestos a decir que fuimos productivos un día más. 

Nos ahogaremos en platos de cerdo en salsa y carne frita en su grasa para sentir que nos llenamos de alegría en una basta osadía por perder la cordura dentro de lo que se nos permite, por que cuando las copas piuerden el control fácil termina uno en detención. 

 


Fácil nos perdemos de las ideas que nos nacen y se olvidan en nuestro incesante vaivén por la ciudad enmarañados en la cama del aso-ciego que termina por cerrar nuestros ojos alcoholizados en una cama que aun creemos que es nuestra. 

Todo para despertar un día con la noticia de cáncer, todo para despertar un día y ver que tu vida se te acaba por haber impreso tu existencia en algo que no valía la pena y dolorosamente tu cuerpo se va consumiendo asi mismo, dejando que tus familiares te cuiden mientras tu situación es cada vez peor. 

las cosas cambian y las personas toman responsabilidades que no les corresponde pero que deben de ser así. No hay otra manera por que cada uno de nosotros debe cumplir ese papel, ese rol que nos corresponde con tanta facilidad decir que es nuestro y lo apropiamos como algo verdaderamente significante, pero ¿realmente lo es? 

Cada día comienzo a dudar de la realidad, de donde estoy, todo se me hace una fantasía, un caso donde los cuerpos y las mentes se pierden entre la capacidad de la personas y las personas se esconden entre ellas mismas para aparecer por las espaldas y lacerarnos con un cuchillo corto, para no matarnos con la primera puñalada. 

 


Todos los días se vuelven escazos y nos perdemos en nuestros propios pensamientos a sapiencia que debemos continuar por ese camino trazado que nos hemos impuesto por la necesidad de pertenecer, y por estar ahí, en ese lugar, en ese momento, en esa situación, resultando que nuestra vida se acabó en nada. 

Que le diremos a nuestros hijos cuando crezcan y nos pregunten ¿Qué le pasó a casa? cuando veamos la destrucción que hemos hecho a este mundo y a su sociedad será demasiado tarde? 

Nosotros creamos el mundo que queremos, nosotros inventamos el mundo que nos pertenece y que ahora como jóvenes debemos de reclamar como nuestro, por que bajo nuestra templanza estará el forjar de un mundo mañana y nuestros hijos serán los que nos reclamen a nosotros por la mierda que estamos haciendo. 

Pero es nuestra responsabilidad no perder el punto de vista, este es el mundo que nos heredan nuestros padres ¡que nos han dejado? 

un simple proceso de inactividad. donde nos hemos detenido a no pensar más. a ser completamente inertesfrente a los poderosos. completamente inertes frente a nuestra realidad 


6 abr 2011

El ojo de Cain

Otra vez ahogado en alcohol, salgo del bar tambaleándome; mi mirada no puede enfocar un punto fijo y con el simple hecho de cerrar los ojos, el mundo me da vueltas. No recuerdo cuantas veces ya he vomitado.
De pronto, me encuentro en el suelo apoyado en contra de un árbol con el sonido de los automóviles pasando a un costado mío, la noche a serenado mi paseo y el frío nocturno me ha ayudado a tomar un poco más de conciencia; suficiente para poder encontrar mi cajetilla de cigarros y encender uno de ellos.
Las bocanadas de humo se mezclan con el frío nocturno, que al pasar de las horas, me sumergen en un sueño, al que no debo dejar avanzar; sin embargo, la embriaguez me obliga a ceder hasta quedar totalmente ido en una quimera.
Momentos después, despierto con un sobresalto recostado en el árbol donde me encontraba, aún borracho, pero con un frío invernal difícil de esquivar, que entumece mis músculos constantemente. Siento la voz de una persona vociferando piedad por alguien más; no me doy cuenta que esa persona era yo, hasta que él deja un par de dólares en mi mano, para continuar con su camino.
-Debo verme fatal-, pienso mientras intento reincorporarme aunque sin éxito; mi cabeza sigue tambaleando y la taciturna mañana no llega. Deben pasar ya de las 3:00 de la madrugada.
Mi estómago se revuelve de nuevo sólo para regalarme otro vómito al costado de mi lecho nocturno. Siendo suficiente por una noche, me lleno de valor incorporándome con la ayuda del triste árbol que me cubría de la helada llovizna nocturna. Con pesadez en las piernas y sin poder seguir una línea, camino sobre la acera intentando no caer.
La gabardina me ha ayudado a mantener el calor corporal, sin embargo no lo ha hecho lo suficientemente bien; mis piernas tiemblan, las siento totalmente entumecidas y mis manos se encuentran heladas, blanquecinas y me duelen como pocas veces lo han hecho; por lo que las acomodo por debajo de mis brazos para sentir aunque sea un poco de calor en ellas.
Al constante paso, la embriaguez va desapareciendo poco a poco, concediéndome un poco más de lucidez, misma que me ayuda a encender otro cigarrillo e intentar olvidar mi pasado, pero mientras más pienso en que esa idea sea desechada de mi mente, más recurrente son las imágenes de las atrocidades que vislumbré aquel día.
Me paso las manos por la cara acariciando fuertemente mis cejas con el índice y el pulgar; siento que desfallezco de sueño, pero no me quiero dejar vencer; así a sido mi vida; siempre dejándome vencer antes de llegar a la meta, tan sólo una vez, en una situación tan estúpida como ésta debo de terminarla; -tal vez sea el primer paso para terminar todo lo que me hace falta por finiquitar- susurro para poder escuchar mi voz.
Tras mi deambular, voy reconociendo los faros de la calle; pocas cuadras faltan para llegar a mi apartamento, donde podré descansar.
Mas, mientras observo el adoquín mojado de la avenida y las blanquecinas luces de los faroles que iluminan el caminar del transeúnte, percibo como una persona se va acercando a mí. Giro parcialmente mi cabeza para observar si vienen carros por la avenida y así poderla cruzar; no obstante, el fin principal era observar a quien me asechaba.
Menos de un segundo y una discreta mirada de su caminar, fueron suficientes para saber que aquél era un hombre de 30 a 40 años de edad, con un peso de unos 80 kilogramos y una estatura de cerca de 180 centímetros aproximadamente.
Me acomodo el sombrero, para que crea que no lo he visto y guardo mis manos en los bolsillos; en este estado no podré enfrentarlo si lo que quiere es algo más que mi dinero. Así que cruzo la calle con completa calma, mientras observo la reacción de aquella persona.
Al terminar de cruzar la avenida Acacia, saco otro cigarrillo de mi gabardina que ahora se encuentra empapada, lo enciendo con gran cautela dejando que la inercia de los pasos de aquél, sigan su camino; ahora yo asecho.
Veo a mi alrededor, y reanudo mi andar cerca de las portezuelas de los automóviles que se encuentran estacionados, mientras el ente que me perseguía se pierde entre las sombras que brindan los árboles del parque.
MI mente comenzó a jugarme ideas, añoraba regresar a aquellos tiempos, donde era perseguido por espías y tenía que cumplimentar misiones de la PIF, dejé que mi mente se expresara: -el parque, seguro por eso no concluyó su misión. Aunque sea de madrugada, muchas parejas vienen de noche, y hay muchas misiones en las que se arriesga demasiado si es que hay aunque sea una sola persona cerca, son misiones silenciosas, misiones que nunca deben ser develadas, tal vez...-.
Las luces del parque Rodán dan mucha visibilidad, aunque en la parte de enfrente se encuentra la Facultad de Medicina; su entrada es muy oscura; de noche, se presta para hacer cosas indebidas a la falda del monte.
Para llegar a la facultad tienes que manejar al menos por un par de minutos hasta lo alto del monte donde se encuentran las aulas, sin embargo el terreno de la misma es inmenso y llega hasta donde inicia un llano; el parque Rodán.
Las parejas, por su parte, siguen en lo suyo; para ellos, sólo somos un par de viejos deambulando por la calle esperando que nuestras esposas no nos maltraten por llegar tarde y ebrios a nuestros hogares; para mí, él es un probable asesino; para él, tal vez yo no sea nadie; aún así no me puedo dar el lujo de bajar la guardia.
De pronto, escucho el rechinar de unas llantas y un automóvil aparece a gran velocidad por la esquina de la avenida dirigiéndose a donde se encontraba el viejo que me seguía. A una gran velocidad el pobre hombre es embestido por un automóvil que salía de la 5° avenida; el tipo salió expedido al menos unos 20 metros por el aire hasta tocar suelo ya en los jardines del parque; las parejas gritaron de horror y se escabulleron como hormigas escapando de una gran lupa.
Sin embargo, el vehículo no detuvo su andar, introduciéndose al jardín y pasando por encima del hombre otra vez.
Agazapado entre los vehículos aparcados, observé como el automóvil viró su trayectoria y regresó a donde se encontraba el hombre pasándole de nuevo por encima. En esta ocasión me percaté que el vehículo le destrozó el cuello cuando una de las llantas delanteras le pasó por encima; el automóvil, sin detener su carrera retomó la avenida Acacia y aceleró.
Seguía agachado entre los automóviles durante un par de segundos, hasta que supe que el agresor desapareció de la escena, me reincorporé tomando una larga bocanada del cigarrillo que acababa de encender y cubrí, en lo que pude, mi rostro con el cuello de la gabardina, me erguí completamente y puse mi mano en el pecho como si cargara un arma, me acomodé el cabello, puse el sombrero al ras de mis ojos y continué mi camino.
Las sirenas de las patrullas se escuchaban mientras iba caminando por la acera, la lluvia no cesaba, generando que la sangre del individuo escurriera hasta teñir de rojo la calle; mientras, seguía caminando por el costado de los automóviles, pensando en las opciones de por qué habían matado a esa persona; cuando intempestivamente se abrió la puerta de uno de los carros que se encontraban estacionados golpeándome de lleno en el tórax y tirándome al suelo. Cuando quise reaccionar, tenía encima a más de tres personas intentando someterme. Sin embargo logré zafarme de uno acomodándole una buena patada en el mentón, lo que me permitió girar sobre mi espalda lanzando un par de patadas para incorporarme; al hacerlo todavía me mantenía mareado por el alcohol, pero me preparaba para pelear, cuando un golpe en la nuca me hizo perder el conocimiento. Sólo pude ver como se ennegrecía la silueta de una persona con un arma en la mano antes de desmayarme.

Solo ideas



Los días de mi vida se han vuelto una locura,  cada uno de los momento que paso conmigo mismo se han resuelto como una maraña de ideas intransigentes que no cesan de ponerme entre la delgada línea que divide la locura de la genialidad. Sin embargo las quimeras que se dibujan en mi cabeza cada vez que mi mente vaga por los parajes de la fantasía son cada vez más macabras e inocuas, desenvolviéndose entre juegos que se enredan en la mente de las más perversas ideas, ideas que deberían de provenir del averno, ideas que sólo se crean en la mente de las personas mas malignas e inclusive esas ideas parecen ser elocuencias deseadas por el mismo Satanás.
Prefiero dormir en otras imágenes, pero mi mente se engarza en ese sentimiento de terror que nace de aquellos pensamientos que me provocan incertidumbre desde la profundidad de mi alma. Esos sueños que vienen una y otra vez a mí me cercenan el alma. No creo que deba aclarar los puntos en mi cabeza, creo en el destino y antes de reprimirlos debo de entenderlos, es mi obligación, misma que me ha perseguido durante mucho tiempo, más, esos sueños ya hubieran llevado a cualquiera al borde del suicidio, y no se si yo, sea lo suficientemente fuerte para no escuchar esa voz que me taladra la mente, no creo ser tan poderoso.
Todas las noches y todos los días apenas al salir el sol y al esconderse le ruego a Dios, como nunca antes lo había hecho en mi vida, todos los días aquellas imágenes sanguinarias de perversión e iniquidad se presentan ante mi y cada vez que suceden encomiendo mi alma al Señor esperando que no sean imágenes reales, y que aquellos pensamientos no me lleven al infierno, pero bien que lo sabe Dios que yo no las busco, ni siquiera me agradan en los más mínimo, bien sabe el Todopoderoso que ellas son totalmente despreciables y aberrantes para mi, y con lágrimas le he rogado día y noche a Nuestro Salvador que pare. Pero al mismo tiempo sé, que si esas imágenes me llegan a mí, por qué no lo han hecho con otra persona y eso es lo que más medio me da. Es un impulso de ideas que me hacen estudiar a detalle todos esos videos desde la vista de los lascivos, asesinos y violadores que se encuentran vagando como escorias en las calles del pecado, las colonias de la subversión moral y estados de repulsiva perversidad.
He escrito cada uno de mis sueños en las páginas de un diario que he forrado de color negro, con el título de Baal en letras rojas con hilo circundante dorado. No se por qué he utilizado el nombre de una deidad babilónica en un texto tan desenfrenadamente esquizofrénico, el nombre de uno de los dioses a los cuales las mujeres se prostituían y asesinaban a sus hijos en su nombre, pero de la misma calidad es representativo mi nombre a las atrocidades que se permean a mi cerebro todos los días.
Hoy fue una noche especial, ambas lunas se alzaron sobre el firmamento mientras encendía un cigarrillo a su nostalgia. Hoy como cada 100 años aproximadamente habría un eclipse de las lunas Jaeva y Sonaca. Como se comenta en todos los libros de historia, las embarcaciones regresaron a sus puertos y las zonas costeras levantaron los muros de Hinale que los protege de las mareas altas, pero como en todo, la naturaleza no es capaz de ser predicha con exactitud. Varios maremotos en diferentes años hicieron pedazos a grandes ciudad que el día de hoy se levantaron de las cenizas para ser grandes potencias a nivel mundial.
Así como, todo proviene de un todo y hacia un todo va, ese al que conocemos como “caos”, cuyo origen y final es él en sí mismo; por lo que el orden sólo es momentáneo, es ese proceso por el que debemos de pasar para poder regresar a nuestros orígenes. Los orígenes que se han olvidado de las mentes de las personas y se han pervertido en sueños inhumanos en búsqueda de lograrlos de cualquier manera que sea posible. Esos deseos que han alejado a nuestra humanidad de la propia humanidad, sumergidos en tiempos donde se les ora a los dioses del consumismo emergidos del hedonismo en el que nos desenvolvemos inhumanamente. Hemos sido creados por Dios para ser destruidos por su propia mano, hemos sido creados perfectos para conocer la imperfección, hemos nacido puros para conocer el pecado y eso nos lleva a ser en lo que nos hemos desenvuelto hoy por hoy, en criaturas, en animales, en jumentos que pasan por la vida, sin saber cual es su significado, sin buscarlo, sin  pensar en lo hermoso que es la humanidad y la vida como tal. Somos el resultado de las creaciones infames de nuestros compatriotas que se hinchan de dinero, mientras nosotros alimentamos sus bolsillos de necesidades que surgen del no saber quiénes somos.
Los tiempos han cambiado, asimismo las necesidades también y hoy en día las personas ya no pueden ser vistas como personas, son elementos terrestres que raptan por la vida como entes inconscientes, ininteligentes, vacíos y despreciables para los ojos de sus iguales. Nos hemos vuelto escoria en la inclemencia de nuestra vida. Seres destinados a destruirnos a nosotros mismos por no saber qué somos.

Apocaliptico


Me encuentro en el techo de algún edificio que no conozco; no obstante, es más familiar de lo que aparenta, los colores de las construcciones aledañas, los parques y las intersecciones de las calles son tan conocidas que prácticamente los asocio con la escuela donde estudié arqueología, pese a que el lugar en que estoy no es la universidad donde me gradué.
Es difícil de describir el clima, aunque puedo asumir que una tormenta azotará la ciudad por las nubes que se avecinan y los rayos que trazan las nubes como serpientes escurridizas; no hace frío, no hay vientos rápidos, y los sonidos alrededor son aturdidores, pero opacos, sordos, azotan la ciudad inundándola con una vibración baja y densa, tanto que los podría comparar con el sonido de un terremoto.
Por su parte, las señales de los teléfonos celulares se encuentran totalmente inestables, no sé cómo, pero estoy completamente seguro de que no sólo mi celular es el que tiene tantas intermitencias de señal como de funcionamiento. Por más que intento hacer una llamada es inútil, de alguna manera sé que las líneas están muertas al igual que todos los aparatos electrónicos.
La gente está paralizada mirando al cielo, parecen estar en hipnosis permanente; ninguno de ellos responde siquiera a las cachetadas, sus miradas están perdidas en un sueño letárgico del cual no despiertan. Me encuentro a la mitad de una avenida, la gente dejó de caminar en la calle, los automóviles están quietos y mientras corro alrededor de la ciudad lo único que veo son multitudes paradas a la mitad de calles y bulevares, con el tráfico totalmente detenido, solamente viendo cómo las nubes invaden el cielo llenando de penumbra la ciudad.
El cielo es extraño, interminables nubarrones se esparcen por doquier ocultando al sol entre sus negras manos cubriéndolo en formas impensables. La bóveda celeste se corrompe con los relámpagos de colores rosas y azules iluminando completamente la ciudad; una necrópolis invadida por los dioses de la ira, o al menos es una muy acertada alusión de lo que mis ojos percatan.
Sigo por las calles yendo hacia mi casa, buscando a mis seres queridos, buscando una oportunidad de encontrarlos para saber si se encuentran bien, pero son inútiles mis esfuerzos porque al llegar a mi casa, la encuentro vacía.
Sé que debo de tomar una decisión y será importante, mas no conozco la incógnita que debo responder, pierdo la cordura tirándome al suelo envuelto en llanto, soy sorprendido por un chirriante sonido aturdiéndome a tal punto que ya no puedo escuchar mis propios pensamientos haciendo que todas la imágenes de mi vida pasen como un millar de fotografías y videos en tan sólo un segundo. Súbitamente una sola imagen queda plasmada en mi mente, aún y cuando abro los ojos sigue ahí manteniéndome completamente ciego de todo lo que está a mi alrededor, intento pararme o moverme, mas me encuentro completamente mareado sin tener control de mi cuerpo, poco a poco el sonido desaparece permitiéndome entrar en razón pero aún así la visión permanece intacta como un velo frente a mí, un hombre hincado con cabeza de jaguar sosteniendo un calendario azteca frente a él, a sus espaldas, una serpiente emplumada enroscada sobre sí misma con un calendario muy similar al del hombre, pero este se encuentra dentro de su boca.
En ese momento la imagen se nubla, permitiéndome lentamente distinguir todo lo que está a mi alrededor; lo primero que reconozco es el almanaque pegado en la pared de enfrente señalado con plumón en la fecha del 12 de diciembre del 2012.
Salgo de la casa corriendo llegando al jardín pero entro en ese extraño letargo en el que percibí a los demás, obligándome a voltear hacia el cielo… entonces despierto.

2 sept 2010

Kuthulhu

Eran las seis de la tarde cuando recibí aquella carta tan pretenciosa, los colores parduscos del papel antiguo se matizaban con las letras escritas en tinta china, la carta se veía tan vieja como aquel papiro sobre la que estaba escrita, su olor se mesclaba con otro bastante rancio que no podía distinguir, ambos emanaban de la misma carta. Sin embargo, había algo que no podía hacer que apartara la vista, en ella aparecía la fecha actual y mi nombre.
Con una presentación muy formal me invitaban a ir a una misión, al mismo tiempo me prometían una cantidad de dinero impresionante por un trabajo aparentemente muy sencillo. Las preguntas indagaban sobre una cuestión tal vez muy fácil de dilucidar para ellos, pero para mí, aún era un misterio. ¿Por qué yo? ¿Qué de especial puede tener un investigador privado en medio de una isla rodeada por los mares de lo infinito, donde la ignorancia prevalece; por qué una persona que no ha tenido trabajo en más de seis meses se le hace un comunicado en vísperas de año nuevo para recibir el fabuloso año de 2010; por qué un joven de 25 años de las costas de España, puede hacer mejor un trabajo en México que un talentoso investigador mexicano?
Lo importante de esas preguntas es que son completamente efímeras hasta no llegar a ese lugar y saber a qué me voy a enfrentar.
Hasta el momento no sé cómo es que haya crecido mi reputación en tan poco tiempo. Además, con los estudios recién terminados es difícil que la gente confíe en mí. Ni siquiera me he rodeado de gente que conozca de los temas, ni de afamados investigadores como para que ellos me hayan recomendado para iniciar mis investigaciones y por supuesto, iniciar también mi fama como investigador. No hay ningún indicio que los lleve a mí.
Hasta el momento lo que más poseo de investigador es una vieja pipa que heredé de mi abuelo, y un saco al estilo Sherlock Holms. Y ahora fumando mi pipa encerrado en aquella fría y desolada habitación leo una carta a la luz de una lámpara vieja, con la luna como mi confidente.
El espejo esta noche solo revela la melancolía de los tiempos mejores en los que los investigadores privados como mi padre y su padre me comentaban. No quiero perderme en esos sueños, pero esta es una oportunidad invaluable y ahora que me independicé, necesito el dinero más que nunca, hasta el momento eso es lo único que me alienta a tomar ese vuelo.
Reviso una vez más la carta, misma que se encuentra firmada por H.A. Wilcox y sellada por una extraña imagen pulposa, la figura de unos libros abiertos de los cuales nacen tentáculos arremolinados sobre sí mismos, una figura grotesca encerrada en un círculo con algunas palabras e latín, se me figura al sello de una universidad prodigiosa, tal vez en artes sacras o basado en la especialidad marina, de cualquier manera es bastante llamativo. La guardo en el bolsillo interno de la gabardina. La luna como el único augurio de buena suerte que puedo tener, me sonríe. No espero nada de aquella vuelta, los boletos están comprados, el hospedaje pagado y la esperanza de obtener una suma de dinero importante por la búsqueda de unas escrituras; unos documentos rúnicos perdidos dentro de una gruta, crece a cada uno de los minutos que marca el reloj.
Llegué a León, Guanajuato mucho más rápido de lo que me había imaginado, el paseo por la ciudad fue corto, no obstante la espera por la presentación de mi jefe fue mucho más tardía de lo que hubiera imaginado.
El hombre nos citó en una casa de los más común y corriente, éramos 4 personas sentadas en esa mesa esperando desde el amanecer que el señor Wilcox se presentara a nosotros, pero esa espera fue decepcionante para quienes nos encontrábamos ahí adentro, el hombre simplemente no se presentó. En su lugar, alguien quien hizo las veces de su administrador se nos anunció. Tal como si fuera una entrevista de trabajo grupal se dispensó por la ausencia de su jefe y nos explicó de qué se trataba esa invitación.
-       Mi nombre es Javier Espino – se presentó con un acento bastante peculiar, dando un tono muy perfecto, casi imperceptible de denotar que era extranjero, excepto por esa erre mal pronunciada – nuevamente me disculpo por la ausencia del Sr. Henry Anthony Wilcox que por razones de salud no se encuentra aquí con nosotros, - entre murmullos de los que estábamos ahí se escuchó un no hay problema, aunque más de uno se había molestado por esa situación, sin embargo y sin hacer pausa alguna Javier espino continuó  - saben ustedes que han sido citados aquí en León Guanajuato por una situación muy peculiar para cada uno de ustedes. Espero que ya se hayan presentado de lo contrario me tomaré la molestia de decir sus nombres y para lo que han sido referido cada uno de ustedes. – hizo una leve pausa cuando miró unos papeles que tenía en la mano y continuó sin dejarnos si quiera voltear a vernos. En efecto no nos habíamos presentado – Dra. Sandra Piña Vera; arqueóloga semióloga, usted nos ayudará con los casos pendientes del señor Wilcox, aquí tengo su papelería, cualquier cosa que necesite de información no dude en pedírmela. –no le dio tiempo de pararse de su asiento a ver el documento, si no que lo dejó al lado de ella y comenzó a caminar alrededor de la mesa - Dr. Salazar Toledo; ingeniero químico le entrego los resultados y muestras de la persona que se encontró asesinada en los túneles. Dr. Ángel Bretón psicólogo-neuralista le hago la entrega de las grabaciones del túnel y por último investigador Xavier Schmidt le hago entrega de las copias de los testimonios. – Paneó la mirada sobre la mesa, vio desconcierto en nuestras caras, pero no continuó hasta que todos les prestamos atención – Se que no están completamente enterados, pero en las grutas que se encuentran por debajo del templo conocido como “La Catedral” hubo un asesinato, mataron y ultrajaron a una mujer de 23 años de edad, sin embargo no es importante como es que sucedió este tan atroz acontecimiento, si no que, lo que para mi señor es apremiante, son una serie de documentos que ella portaba; para el Sr. Wilcox es apremiante conseguir esos papeles. Estos documentos se extraviaron, lo que están viendo señores; son los resultados de las investigaciones que tenemos, sin embargo nos estamos allegando de las personas a las que consideramos más capaces e indispensables para poder encontrar de nuevo estos documentos. Lamentablemente para ustedes el resto de la información que poseo es muy vaga, por dos situaciones, o simplemente no poseemos la información o es tan clasificado que no se los puedo decir. Necesito que encuentren a los responsables y a los documentos, lo que les puedo decir es que sabemos que fueron dos personas, un hombre y una mujer, se llevaron 6 papiros antiguos y la violación; digamos, fue solo la distracción para la incompetente policía de este municipio. Por otro lado lo que no les puedo mencionar, es de qué son los documentos y qué clase de documentos son, no les puedo decir el nombre completo de la mujer asesinada. De lo que estamos seguros es de que los dos asesinos siguen dentro de la ciudad y regresarán a la gruta, lo que no sabemos exactamente es cuando. Si logran resolver este caso cada uno de ustedes tendrá depositados para la mañana siguiente $200,000 dólares, si no logran resolverlo en dos semana ninguno de ustedes tendrá un centavo. Los pro, es que nunca estarán solos, el contra si lo quieren ver así es que de ahora en adelante trabajarán como un grupo. De lo contrario buscaremos a quien sí quiera hacer su trabajo. ¿Alguna Duda?
Todos nos quedamos estáticos como una roca, un solo movimiento nació de nuestros cuerpos, por supuesto que habían preguntas pero ninguno de nosotros se atrevió a mascullar palabra alguna. No se si era su presencia, no sé si era el cómo había hablado o lo profunda que se había convertido su mirada, estábamos tan helados que el continuó con una voz más suave, habló más lento, me sentí relajado.
-       Les invito por favor a que cada quien tome el sobre que se encuentra debajo de sus asientos, lean el contrato y lo firmen, si alguien está en desacuerdo, simplemente deje el contrato dentro del sobre en el que les fue entregado, doblado exactamente de igual manera como les fue entregado y se retiren en caso contrario los veo dentro de una hora en el zócalo del centro de la ciudad. Por cierto la información adicional al igual que los contratos son únicamente para ustedes, quiero que me entiendan, ninguno tiene por qué saber la información del otro dentro esos sobres. Espero entiendan las razones de seguridad de mi jefe.
Nos vio una última vez y salió de aquella recámara, ninguno de nosotros tuvo el valor para intercambiar palabra alguno, de una forma recelosa cada quién leyó su contrato, leyó una dos o hasta tres veces para estar seguros de lo que estaban haciendo, curiosamente todos éramos jóvenes de no más de treinta años, todos celosos de su información y todos deberíamos de trabajar en equipo.
Cada uno de nosotros fue firmando, guardando su información en el sobre y continuó esperando a que los demás termináramos de hacer lo mismo para ir directamente al zócalo de la ciudad.
Curiosamente lo que no quería ver estaba tan enfrente de mis ojos que se me escapaba como un sueño pérfido, como una quimera escurridiza, estaba enfrente mío y no podía dilucidar el por qué nosotros. Al final solo pude percatarme de algo, unas letras tan escabrosas que entre ellas no significaban nada, pero el simple hecho de percatarme de que había mitología en las frases, me erizó la piel, tanto fue así que mis manos se engarruñaron y los ojos se me irritaron al punto de llanto, un llanto nervioso, casi seguida por una risa catártica que la pude ahogar antes de perder un poco la cordura en ese momento. Pero sé que a partir de ahí pasó algo, un parte aguas, no me sentiría seguro en ningún lugar, me sentiría vigilado y mi mente me jugaría trampas, las cuales debería pasar por alto para poder pasar los obstáculos que se nos avenían. Esas palabras las tengo aún grabadas en la mente como un tatuaje; “Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn”. Lo importante era esa palabra tan conocida por los poetas del genero del terror, esa palabra a la que todos le temen pero nadie quiere decir la verdad, esa palabra que provoca miedo mencionar; pero como si fuera un monstruo pasa de boca en boca para maldecir el destino de los mortales, es solamente un cumulo de letras que apresa del terror hasta el más vanagloriado en la casa del señor. Aquel que sabe la leyenda y la historia babilónica sabría de este ente pérfido y demoníaco que nos arrancaría el alma a nosotros. Sin embargo perdido en los menguantes despertares firmé aquel documento. Y no paré hasta un vómito ahogado cuando por fin me percaté del sello con el que estaba firmada la hoja del contrato y la carta que teníamos personalmente para cada uno de nosotros.
El sello de una forma que sólo una fantasía enfermiza hubiese podido concebir. Sobre un cuerpo escamoso y grotesco, provisto de alas rudimentarias, se alzaba una cabeza pulposa y coronada de tentáculos; pero era el contorno general lo que la hacía más particularmente horrible. Detrás de la figura se embozaba una arquitectura ciclópea. Ese ente pulposo, ominoso por su naturaleza, con una figura antropomorfa que desplegaba unos brazos largos y unas garras exageradas, una cabeza con forma de calamar y unas alas grotescas, sentado en ese remedo de trono, esa figura me miraba fijamente a los ojos. Su nombre Cthulhu.
Me limpié la boca con una servilleta y tragué bastante agua, subí la vista y me percaté de la sonrisa de tres personas que se me figuraron maléficas; sobró el permiso para ayudarme al cual me negué rotundamente, sobraron las manos estiradas, en sí ya eran demasiadas las horas que habíamos desperdiciado. En ese momento sus caras duras y serias fueron tan normales como lo habían sido desde un inicio. Podía denotar en sus ojos una fuerte preocupación. Simplemente me acomodé la corbata y el saco, me erguí completamente. Les pedí que fuéramos a la zona de encuentro.
Saliendo de la casa no podía dejar de ver como ese lugar le rendía culto a los calamares, a aquellas abominables presencias de seres desalmados de una mitología antigua.
No podía dejar de ver como aquellas figuritas que estaban por todo el complejo, me observaban y señalaban.
Al salir de ahí sentí un gran respiro y un par de hondonadas a un cigarrillo me tranquilizaron bastante más. Sentí que esa presencia se alejaba de mi. Sentí que volvía a ser yo mismo.
Nos encontramos a la hora acordada en el lugar destinado para empezar con nuestro trabajo. Se presentó de nuevo Javier Espino. Habló tan rápido y firme como le era costumbre.
-       Agradezco que se hayan presentado todos. Y en vista de la positiva hacia nuestra empresa, iniciaremos el día de hoy, asimismo después de esta plática tendrán varios días para estar juntos. Sin embargo espero no se encuentren hambrientos porque esto les tomará un par de horas y para algunos esta ya es la hora de la comida, sin embargo tengo prohibido darles cualquier suvenir de esa índole. De cualquier manera, a sapiencia de la información que poseen no les será tan difícil terminar esta búsqueda. Les hago el recuento, una mujer de 23 años a quienes los medios nombraron Samanta, fue asesinada en las catacumbas de la iglesia de estilo gótico conocido como el expiatorio. La respuesta es sí, ella trabajaba para nosotros y sólo tenía que hacer la entrega a una persona de esos documentos, la cual por alguna razón fue interceptada antes, los detalles los conocerán a su debido tiempo. Sin embargo no son importantes, les recuerdo aunque cada quien tiene una misión en particular, la esencial es recuperar esos documentos. Tendrán un extra si nos entregan a quienes lo hicieron, ya sean vivos o muertos la recompensa será igual. Y Mr. Xavier Schmidt le hemos conseguido permiso para que porte armas dentro de la ciudad, de cualquier manera entre ustedes, usted es el único que sabe manejar un arma de fuego, aunque ruego en Dios no le sea necesario, pero siempre es preferible estar precavidos. – Por primer vez hizo una pausa mientras acomodaba sus ideas – les recuerdo señores que a partir de ahora estarán solos, tienen en esas mochilas cada quien una portátil, teléfonos celulares y el suficiente dinero para que se muevan dentro de la ciudad sin problema alguno. Bueno sin más por el momento me despido y los dejo con su tarea.
Nos estrechó la mano se retiró caminando; decidimos entre todos ir a un lugar a revisar la información mientras comíamos; fue una rica pizza, una buena cerveza para relajar los nervios de la situación, sin embargo, mientras más nos retroalimentábamos de los acontecimientos cada vez perdíamos más la cabeza, discutíamos de situaciones efímeras y perdíamos el tiempo con soluciones infantiles y soberbias.
Mi cerveza cada vez sabía más amarga hasta el punto que se volvió insoportable. Todos nos confrontamos a gritos y empujones los vasos terminaron rotos en el piso y los golpes estaban a punto de librarse entre nosotros cuando Sandra Piña nos calló con un solo grito de basta. Nos esclareció que no era posible que peleemos por situaciones tan efímeras sin darnos cuenta de que no estábamos llegando a ningún lado, y así también nos mostró que teníamos a todo un público impresionado con nuestra actuación.
Eso fue bastante vergonzoso, pagamos con una gratificante propina y salimos de ahí directamente a la Iglesia. Fuimos caminando reconociendo el terreno y viendo las rutas de escape que pudieron tomar los agresores de Samanta, sin embargo ninguno de nosotros mencionó palabra alguna de lo acontecido en el restaurante, en sí las opciones de todos eran aceptadas ya que nos limitábamos a proponer ideas sólo de lo que conocíamos, esa misma tarde pedimos permiso al monseñor para poder acceder a las catacumbas una vez que hayan cerrado la entrada al público en general, de la misma manera le solicitamos si hubiera alguien que las conociera bien, nos diera una breve cátedra sobre el lugar para poder indagar la zona. Por supuesto que un diezmo muy ostentoso acalló cualquier pero que el reverendo pudiera dar.
No fue sino hasta esa misma noche que por alguna inexplicable razón los cuatro entramos juntos a aquellas catacumbas. Pensaba que no era necesario, pero de cualquier manera fue más interesante de lo que pude haber imaginado. Los túneles por debajo de la iglesia se transformaban en grutas que nos llevaban por kilómetros dentro de la ciudad hasta lugares completamente inhóspitos. La humedad y el calor de un suelo volcánico nos asfixiaba, la oscuridad nos abrazaba invitándonos a quedarnos con ella, pero el camino era más impresionante a cada paso que dábamos. Las paredes se elevaban a no más de dos metros y medio y pareciendo una fosa horizontal se extendía el camino en diferentes direcciones brotadas de colores pardos combinados con los brillos de algunos minerales.
Entre los pasajes internos de aquellas cavernas dilucidamos una tumba, la cripta estaba incrustada sobre las paredes de aquellas enrarecidas paredes. Una pared de piedra blanca, casi aperlada y desgastada por los años, parecía llena de lama y manchas marrones por el paso del agua. Podíamos ver como la humedad brotaba de las mismas paredes y se escurría hacia aquel obituario que detrás de una aspereza de mugre decía “No está muerto quien puede yacer eternamente, y en épocas extrañas hasta la muerte puede morir. Aquí yace H.A. Wilcox”.
Un revuelco de ideas pasó por nuestras mentes, ideas que se arremolinaban y buscaban soluciones inexplicables, sensaciones que nos erizaban la piel que nos hacían sentir completamente intimidados y completamente desprotegidos, ideas que nos hicieron perder la cordura.
-       Es una trampa. – dijo Sandra con los ojos desorbitados y temblando de miedo. – No necesariamente, puede ser el padre de quien nos contrató… - intenté tranquilizarnos.
No había terminado de hablar cuando se escuchó de entre las mismas paredes un sonido infernal que retumbó en toda la cueva. Ese sonido proveniente de todos lados nos heló la sangre, manteniéndonos a cada uno de nosotros en un estado catártico. Luego como si la misma pared se respondiera a su primer abalanza se escuchó las mismas consonantes pegadas que hicieran la suerte de un dialecto, las mimas palabras de algún idioma del inframundo que nos hacía brotar el llanto mientras nos ahogaba en dolores internos; “Ph'nglui mglw'nafh Cthulhu R'lyeh wgah'nagl fhtagn”,  cada vez más empezaron a resonar por todos lados aquellos alaridos ominosos haciéndonos entrar en un estado de locura inconsciente. Sandra Piña se hincó tapándose los oídos intentando acallar esa voz que retumbaba hasta lo más profundo de nuestras cabezas con un alarido que aparentaba ser inhumano, tanto se dobló sobre sí misma que su cabella llegaba a sus tobillos. Salazar Toledo repetía sin cesar “En su casa de R'lyeh el fallecido Cthulhu espera soñando” mientras golpeaba su cabeza en contra de las paredes y se tapaba los oídos a punto de reventarlos con sus propios dedos, sus ojos volteaban hacia todos lados mientras mientras con la locura se desgarraba la piel. Ángel Bretón corrió como desesperado, calleándose a tropezones y arrastrándose por el suelo hasta que en sus movimientos terminó revolcándose como un gusano y destrozando su rostro con sus uñas, se que mis dientes tronaban en mi mandíbula sentía que se rompían por la presión, pero era lo único lo que me mantenía consiente. Cuando Ángel desaparecía de mi vista, una figura demoníaca apareció dentro de esa gruta, era imposible de verse pero se sentía, se escuchaba, sabíamos que ahí estaba y nada podíamos hacer, vimos como uno a uno nos iba matando mientras nuestras vistas se opacaban lentamente, sentíamos como los gritos se ahogaban en su propia sangre y como los alaridos del infierno se combinaban con el sonido de la ruptura de los huesos de nuestros compañeros. De pronto el sonido se dejó de escuchar, no estaba consiente de que tenía el arma empuñada mientras estaba agachado en contra de una pequeña vejiga formada en la pared, me percaté por una única lámpara en el suelo que toda la gruta estaba pintada como un tributo de arte satánico y como la sangre y pedazos de cuerpo se encontraban desparramados por aquel ominoso lugar, olía a sangre, a mierda a muerte, una muerte vieja y añeja. De pronto, ese demonio al que todos temíamos, Cthulhu, me mostró su presencia cayendo como una figura de jade enfrente mío, y al alzar la vista... mi grito acalló cualquier otro sonido que se pudo escuchar en esa gruta.




Fin


Alexander Rops

?¿

Dueño de la mente enferma que se enfrenta a los augurios apocalipticos de la desgracia, cuando el hombre cae en la gracia de las manos del Señor! Y aun creen que la muerte debe de ser llorada? por qué no alabamos el más allá con un poco más de respeto!?

Siiento como si el mundo se hubiera partido en dos, una imagen rota de mi mismo, ensimismada en la nada. es una concepción onírica del espacio tiempo donde vivimos, una resolución incompetente a la sociedad, aplastados por las masas, subyugados por la idea fatídica que las cosas nunca cambiarán, siendo nosotros quienes debemos son los incursionadores en las páginas que nos demuestran que la historia es la idea de los jóvenes impulsadas por el amor a ser uno mismo. ¿Cuando nos dejamos vencer por la mediocridad?

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